Pareciera que Dios estuvo aquí, derramando sus dones sin medir…”así escribían en el vals Provincia de San Luis, los reconocidos autores sanluiseños Alfonso y Zavala, destacando las bellezas de su tierra.
Pero la provincia de San Luis no sólo es un territorio caracterizado por sus paisajes, y una cultura diversa, también tiene un circuito de Termas y Salinas, que aún no ha sido descubierto.
Hablo de localidades como Balde, situada sobre la Ruta Nacional N° 7, a 30 km de San Luis Capital, y San Gerónimo, a 25 km de dicha capital, sobre ruta Nacional N° 147.
Completando el circuito, original, la majestuosidad de las Salinas del Bebedero, se suman al disfrute de las propiedades curativas y relajantes de las aguas termales, y esto, sólo es posible en San Luis.
Ambas son localidades en las cuales se desarrollan actividades todo el año, y la ausencia de masividad, permite disfrutar de la paz y tranquilidad, vivir experiencias únicas, combinar servicios de spa, terapias de medicina alternativa, yoga, con buena atención y también, según la época del año, recreación en los parques termales.
Las aguas de Balde son hipertermales, y llegan a los 43° y las de San Gerónimo, meso termales, surgen a 38°.Ambas, tienen propiedades relajantes y terapéuticas, las primeras alcalinas, bicarbonatadas, cloruradas y sulfatadas y las otras, bicarbonatadas. Las propiedades químicas y físicas de las aguas, tienen acción anti reumática, tónica, antiséptica y revitalizante.
El Centro Termal Municipal de Balde tiene una pileta al aire libre con juegos acuáticos, y habitaciones con baños termales individuales para aprovechar el agua medicinal y cabañas ,canchas de paddle y juegos , en el mismo complejo.
El sector privado está representado por un hotel, un complejo y cabañas y hace muy pocos meses, un inversor proveniente de la provincia de Mendoza dio vida al bello Chakras Termas Hotel y Spa , un hotel termal que cuenta con instalaciones y servicios de calidad , y que recuperó , además un emblemático lugar de Balde: Los Tamarindos, complejo recreativo que había sido abandonado, y hoy se agrega a la oferta de Chakras. Las caminatas, un circuito fotográfico o adquirir una artesanía en Flor de Loto, son buenas opciones, para complementar la estadía.
Creo que en el complejo municipal, como en varios prestadores privados de Balde, se está haciendo necesario mejorar la calidad de la oferta en cuanto al alojamiento y otros servicios, con vistas a poder posicionarse, con fuerza, en la vidriera de los destinos termales y atraer nuevos segmentos a la localidad, que cuenta con una ubicación geográfica inmejorable.
San Gerónimo, se ha desarrollado con una conciencia diferente a Balde, en cuanto a lo que significa el turismo termal para su localidad.
Desde el Municipio, ha habido capacitaciones constantes, y planificación de infraestructura para el desarrollo del turismo termal: cuentan con camping municipal con pileta termal climatizada, hotel con pileta cubierta, piletas al aire libre, hostería, y 14 locales comerciales para el desarrollo de productos y servicios , generando mano de obra local.
Y en estos últimos años, se agregaron plazas hoteleras a las existentes y servicios de hospedaje privados. Se incorporaron servicios como aromaterapia, masajes, terapias de relajación en el agua, entre otros.
A 10 km de Balde, encontramos las Salinas del Bebedero.
Es un imponente desierto de sal, que deslumbra, sobre todo en invierno, en que ésta se acumula hasta llegar a 1 metro de altura, y posibilita fotografiarse con montañas y médanos de sal, en unas tomas únicas. Es parte integrante del Sitio Ramsar, que, en su conjunto de 960.000 hectáreas, constituye un importante sistema de lagunas y bañados alimentados por los ríos Mendoza, San Juan y Bermejo.
En el lugar se halla produciendo sal comestible una reconocida empresa argentina.
Salinas y termas, dos paisajes diferentes, en un mismo circuito, belleza escénica, bienestar, relax, servicios, en una provincia con una diversidad geográfica que atrae.
Un circuito para descubrir, a pocos km de San Luis Capital.
Fuente texto y fotos: Mari Ulivi
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